Manuel González Bedia es Profesor Titular en el Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Zaragoza. Durante varios años trabajó en los ámbitos de la I+D empresarial y de la gestión de la innovación tecnológica en la Fundación Cotec. Ha sido profesor visitante/investigador postdoctoral en las universidades Carlos III y Complutense de Madrid, Edimburgo y Sussex (Brighton). Es editor asociado del journal “Adaptive Behavior” y evaluador de la Agencia Nacional Española de Prospectiva (ANEP) en el área de Ciencias de la Computación.
En el contexto del impacto social de la tecnología, ha participado en el “Ad Hoc Committee on Artificial Intelligence” del Consejo de Europa, y en el “Ad Hoc Expert Group for Recommendation on the Ethics of Artificial Intelligence” de la UNESCO.
Durante 2019 fue Vocal Asesor en el Gabinete del Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades. En la actualidad ocupa el cargo de Subdirector General de Actividad Universitaria Investigadora en el Ministerio de Universidades y responsable del proyecto UniDigital.
¿Qué impacto habría tenido la pandemia en el proceso de modernización y digitalización de las universidades?
Dese el Ministerio de Universidades, básicamente consideramos que se han acelerado procesos que ya venían produciéndose y se ha incrementado, en esta materia, la escala del impacto en las instituciones universitarias.
Aunque es inobjetable que antes de la pandemia la digitalización había ya llegado a la universidad española en muchos aspectos – por ejemplo, la docencia virtual estaba completamente extendida, el porcentaje del profesorado que utilizaba plataformas virtuales era mayoritario, un gran número de aulas tenía conexión a Internet para los estudiantes y proyector multimedia, existía una clara oferta de titulaciones no presenciales en formato MOOC, etc.- hay que señalar que, por otro lado, la mayor parte de las universidades no disponían de un plan estratégico de digitalización alineado con su estrategia de universidad, y que la asignación presupuestaria promedio de las universidades españolas destinada a las TIC estaba muy por debajo de sus homólogas en países vecinos.
De esta situación eran conscientes las propias universidades españolas. Desde hace más de una década, en todos los foros donde se analizaba la relación entre digitalización y Educación Superior, se venía detectando que era importante dejar de concebir las tecnologías digitales solo como elementos meramente tácticos de las universidades --gestionados verticalmente y utilizados de manera aislada -- y que era necesario que pasasen a formar parte, como elementos estructurales, de la planificación global de la universidad.
La urgencia con la que la Covid-19 forzó a poner en marcha actuaciones también, desde nuestra posición institucional, nos ha llevado a una importante conclusión. Por un lado, que no es realista la posición que asume una especie de ‘solucionismo tecnológico’ para resolver problemas en el contexto de la digitalización, es decir, que no debemos mantener una creencia desmedida en el potencial de las herramientas digitales y tecnológicas como si, por ellas mismas, fueran capaces de resolver fácilmente la complejidad de los problemas académicos y docentes; y, por otro lado, que es igualmente errónea la idea simplificadora de ‘simetría entre entornos’ que básicamente concibe las soluciones digitales como una mera transposición, sin más, de la realidad del entorno físico al entorno virtual.
Creo que el mensaje general que hemos extraído en esta materia, como Ministerio, es que, frente a muchos de los problemas que las universidades se plantean resolver usando la tecnología, no hay soluciones perfectas, ni mágicas, que vayan a proporcionar métodos totalmente satisfactorios desde el plano digital. Lo que sí existen son conjuntos de herramientas, procedimientos y tecnologías que pueden ayudar a resolver los nuevos problemas a los que debe enfrentarse la institución universitaria en este nuevo siglo.
A principios de este año el Ministerio de Universidades presentó un ambicioso plan de digitalización para el sistema universitario, conocido como UniDigital, dotado de un presupuesto que supera los 140 millones de euros en ayudas directas. ¿Qué impacto se espera que tenga este proyecto en el proyecto de digitalización del sistema universitario español?
El plan UniDigital tuvo como motivaciones, desde su concepción, la transformación y la modernización del sistema universitario español desde el ámbito digital. Finalmente han sido 146,88 millones de euros los que conforman un plan para ayudar a sentar las bases del sistema universitario español del futuro.
Sus objetivos fundamentales han sido proporcionar recursos técnicos, materiales y humanos adecuados que pudieran modernizar el sistema universitario español, mejorando significativamente la relación entre el mundo digital y el ámbito académico. En segundo lugar, estimular la innovación y transformación digital desde la universidad. Ha sido una prioridad para el Ministerio de Universidades que las universidades pudieran convertirse en actores centrales en los procesos de transformación digital necesarios en sus instituciones. Asimismo, en el plan se han diferenciado fondos para proyectos particulares y para proyectos cooperativos, lo que ha permitido poner en marcha un conjunto seleccionado de proyectos de carácter estratégico que opera a nivel interuniversitario.
Una de las asunciones que se ha pretendido romper con este programa es cierta equiparación extendida entre “digitalización universitaria” y “docencia digital”. El verdadero impacto del Plan UniDigital vendrá si consigue impulsar la transformación digital de la institución universitaria en su conjunto. Es decir, cambando la manera en que las universidades llevan a cabo sus misiones tradicionales y funciones principales: formación, investigación y gestión.
Es frecuente que al hablar de universidad digital se piense únicamente en universidades “online” o a distancia o que se suponga que la digitalización en las universidades solo se circunscribe a su faceta docente. Pero, además de esa aproximación, el Ministerio de Universidades quiso centrar el foco en nuevos escenarios que podrían abrirse gracias a la modernización digital del sistema universitario como, por ejemplo, el diseño de políticas académicas basadas en la evidencia -es decir, convertir los datos propios en activos para la gestión-; la innovación intra-institucional mediante avances tecnológicos que pudieran permitir que se experimentase en la mejora de los servicios; o la obtención de conocimiento mediante la aplicación de nuevas tecnologías basadas en Big data para detectar disfunciones o desajustes en los procesos académicos e institucionales.
La implementación se llevará a cabo a lo largo de los años 2022 y 2023. Con este plan, se ha querido hacer una apuesta firme por la modernización, la calidad y el futuro de nuestro sistema universitario.
El Plan UniDigital incorpora un importante plan de ayudas para las universidades ¿En qué áreas TIC se esperan más inversiones?
Los proyectos que se han financiado mediante estas subvenciones se han tenido que encuadrar en una de las siguientes líneas de actuación:
- La mejora de equipamiento digital, subvencionando intervenciones que supusieran la modernización, adecuación y mejora de equipamiento e infraestructura tanto en aulas universitarias como en el software, los sistemas, las redes o los servicios de computación de soporte a la docencia, la gestión y la gobernanza.
- El impulso a la educación Digital, apoyando proyectos e inversiones para la mejora de los entornos de enseñanza-aprendizaje digital, el diseño de procesos de soporte en docencia digital, servicios de supervisión y evaluación de procesos de enseñanza-aprendizaje, como (i) plataformas de analíticas de aprendizaje que poner en marcha algoritmos y soluciones de analítica de datos de aprendizaje empleadas en el ámbito docente; (ii) enriquecimiento de tecnologías educativas que permitan herramientas mejoradas de producción y gestión de contenidos docentes; (iii) procedimientos digitales de educación personalizada que contribuyan a plantear itinerarios formativos alternativos en función del ritmo de aprendizaje de cada estudiante; o (iv) herramientas para el soporte de la evaluación online que faciliten los procesos de evaluación, entre otros.
- El diseño de nuevos contenidos y programas de formación. Se han financiado proyectos de desarrollo de materiales, contenidos, recursos y repositorios, dirigidos a diversos fines: (i) a mejorar la oferta digital para la comunidad estudiantil, para cubrir dominios estratégicos con el fin de organizar programas formativos novedosos, (ii) a formación del profesorado en competencias digitales y (iii) a atender necesidades de recualificación profesional. En concreto, los proyectos a abordar dentro de esta línea apuestan por (i) el diseño de plataformas de formación en línea que permitan ofrecer formación a lo largo de la vida; (ii) la creación de repositorios de recursos abiertos de aprendizaje, que permitan a los docentes la creación de contenidos de aprendizaje incorporando funcionalidades de almacenamiento, catalogación y búsqueda inteligente de recursos disponibles; (iii) los programas de certificación y formación en competencias digitales que permitan a los distintos colectivos mejorar su nivel de competencia digital; y (iv) el impulso al diseño de proyectos formativos interdisciplinares, que desarrollen materiales educativos en la confluencia de la digitalización con diferentes disciplinas y que sirvan para incrementar y diversificar la oferta formativa en Educación Superior en el ámbito de la digitalización.
- La apuesta por plataformas de servicios digitales, financiando proyectos que apuesten por el desarrollo de soluciones digitales orientadas a la mejora y adaptación de otros servicios de gestión universitaria, no centrados necesariamente en la docencia, pero sí orientados a facilitar procesos directamente relacionados con la mejora de la experiencia del estudiantado en la relación digital con su universidad. En concreto, (i) procedimientos de certificación digital, alineados con los estándares e iniciativas internacionales auspiciadas por la Comisión Europea; (ii) puntos de centralización de recursos de información universitaria que permitan integrar información del Sistema Universitario Español para su análisis y consulta; (iii) servicios de intermediación interuniversitarios que faciliten la interoperabilidad entre universidades mediante medios digitales, incluyendo aspectos orientados a mejorar la experiencia del estudiantado y de la comunidad docente e investigadora o (iv) tramitación electrónica de procedimientos que faciliten la relación de la comunidad universitaria con la universidad, simplificando la presentación e intercambio de documentación.
El Plan UniDigital también incluye proyectos TIC conjuntos a desarrollar colaborativamente entre las universidades, con un plazo de presentación de propuestas que acabó el pasado 31 de octubre. ¿Qué valoración se hace de la marcha de esta línea de actividad?
En el Plan UniDigital se especifica que las actuaciones podrán ser desarrolladas de forma individual por la propia universidad beneficiaria o mediante proyectos colaborativos entre varias universidades.
En concreto, los proyectos colaborativos, a los que se refiere la pregunta, tienen que estar enfocados hacia el desarrollo de soluciones y servicios que sean susceptibles de ser aprovechados por varias o por todas las universidades públicas, de modo que el resultado final esté disponible independientemente de que se haya participado o no en la elaboración del proyecto -si bien aquellas que participan en el proyecto tendrán la posibilidad de participar en los equipos de definición de requisitos de los servicios a desarrollar.
En general, se ha pretendido que estos proyectos colaborativos fueran palancas de transformación digital, entendiendo como tal que las soluciones y servicios que se desarrollasen y las inversiones que se realizasen, fueran enfocadas a que la institución recibiera un impulso en el ámbito de las tecnologías digitales y que le ayudase a salir reforzada, al margen de actuaciones o inversiones estructurales que se pudieran venir abordando con antelación.
Las universidades han presentado 47 proyectos interuniversitarios. A partir de los datos recibidos, podemos decir que el importe medio de los proyectos colaborativos es de 800.000 euros, pero con extremos muy dispares. Por ejemplo, tenemos proyectos de 6 millones de euros y de 5.000 euros, dentro de la misma categoría. El 50% de los proyectos planteados lo han hecho en la línea relativa a las "Plataformas de servicios digitales" mientras que el otro 50% se ha distribuido, casi en partes iguales, entre actuaciones de “Educación Digital” y de “Diseño de contenidos y programas de formación”. Aunque, en promedio, el número medio de universidades por proyecto se sitúa en ocho, existen proyectos que coordinan a más de 30 universidades.
Solo como ejemplo, destacamos varios de los proyectos que han aglutinado mayor interés: (i) un proyecto de mejoras de competencias digitales -con la incorporación de sistemas de certificación de dichas competencias de manera automática-; (ii) un proyecto de emisión de certificados digitales de acuerdo con los modelos y estándares definidos por la Comisión Europea para la certificación de titulaciones oficiales y actividades académicas, aprovechando los beneficios del Blockchain; (iii) un proyecto de Learning Analytics que guie al alumnado durante el proceso de enseñanza-aprendizaje y le ofrezca asesoramiento a la hora de elegir la formación más adecuada conforme a sus posibles intereses o (iv) un proyecto de mejora de la interoperabilidad que facilite la movilidad de estudiantes y profesores, mediante la incorporación de iniciativas como el "Erasmus Without Papers", o la interconexión de registros y sistemas centralizados de representación y apoderamiento.
UniDigital cuenta con cuatro líneas estratégicas, ejecutando RedIRIS una de ellas, la relativa a proyectos de infraestructuras y servicios TIC. ¿Qué papel desempeña RedIRIS en esta iniciativa?
RedIRIS, como red académica y científica española que presta ciertos servicios TIC a los centros académicos y científicos españoles, es el mejor mecanismo posible para liderar procesos centralizados, con los que buscar economías de escala en ciertos servicios comunes y el ahorro de gastos de adquisición, capacidad de despliegue, interoperabilidad o gestión integrada entre centros universitarios. El Ministerio de Universidades considera la función de RedIRIS trascendental en dos ámbitos del Plan UniDigital: (i) en la modernización de las infraestructuras digitales del sistema universitario español, fortaleciendo y estableciendo redes de comunicación universitarias que permitan un salto en capacidad y velocidad, y (ii) en la provisión y despliegue de ciertos servicios digitales centralizados para hacer una gestión más eficiente de los recursos y mejorar la interoperabilidad.
En concreto, la posibilidad de que a través de RedIRIS se fortalezca la red troncal de fibra óptica que da servicios a los campus, con un aumento de su capacidad de hasta los 100 Gbps –tal como se prevé- es importante por varios motivos. Por ejemplo, porque la educación virtual implica un incremento del uso de espacio en Cloud al que hay que recurrir sistemáticamente – en casos como la visualización de clases grabadas- y estos procesos de gestión de grandes cantidades de datos que normalmente no están en máquinas locales, consumen mucho ancho de banda. En este mismo sentido, RedIRIS tiene el compromiso de ayudar a las redes académicas autonómicas a cambiar su equipamiento, para que pasen también de 10 Gbps a 100 Gbps, mejorando las estructuras de comunicación de manera reticular. Y no solo en el Plan UniDigital se pretende apostar por procesos de despliegue de cableado de fibra óptica sino también de mejorar su gestión (por ejemplo, mediante IRUs (Indefeseable Rights of Use - derecho irrevocable de uso) de al menos 15 años de duración, de modo que las universidades tengan garantizada la infraestructura con los parámetros técnicos más avanzados durante más de una década, que el operador deberá mantener durante el tiempo de vida del contrato.
También se espera que RedIRIS ponga en marcha proyectos de servicios TIC compartidos, aún por determinar, pero que tendrán relación con (i) la provisión de servicios de ciberseguridad y de almacenamiento en Cloud que, aunque las universidades contratan de manera independiente, puedan desplegarse de modo centralizado, abaratando costes; (iii) la organización de un servicio centralizado con todas las estadísticas dispersas que generan ahora las universidades sobre su propia actividad; o la (iii) provisión de servicios de blockchain (ya hay, en la actualidad, desplegado un primer nodo de BLUE, -“Blockchain de Universidades Españolas”-, dentro de un proyecto de la European Blockchain Service Infrastructure), entre otros.
En otros países europeos, los homólogos de RedIRIS suelen desempeñar un importante rol en la prestación y contratación centralizada de servicios TIC para los centros universitarios y de investigación ¿Cómo se ve desde el Ministerio de Universidades el papel de RedIRIS en ese ámbito?
Hablar de RedIRIS es hablar de la historia de la digitalización en este país. Desde su origen, hace más de 30 años, RedIRIS se concibió como una iniciativa estatal para coordinar y unificar proyectos de servicios tecnológicos y de comunicaciones dentro del sistema académico e investigador español. Se trata de una “NREN” (red nacional de educación e investigación) equiparable a las de otros los países europeos.
El Ministerio de Universidades ha encontrado en RedIRIS un aliado en la solución de consultas y de asesoramiento durante los meses de confinamiento y, posteriormente, en el diseño del Plan de digitalización y modernización universitario, con una implicación que ha ido mucho más allá de lo esperado. Solo tenemos palabras de gratitud frente a la solvencia y profesionalidad con la que nos han ayudado. Desde nuestra perspectiva, y para huir de proyectos replicados que las universidades terminan haciendo individualmente, pero resuelven problemas que comparten, siempre pensamos que RedIRIS podría ser una pieza fundamental para recoger una demanda agregada y actuar como central de compras, haciendo uso de su posición de experto neutral. La contribución de RedIRIS en ese ámbito podía ir desde la mera consultoría técnica a la gestión de negociaciones colectivas, la licitación de acuerdos marco o incluso la contratación de servicios para luego prestarlos en pago por uso, y así lo entendimos desde el inicio en el Ministerio de Universidades.
Hay que remarcar que RedIRIS, desde sus inicios, no solo asumió la misión de consolidar una infraestructura digital eficiente para conectar centros de investigación, sino que igualmente facilitó la labor de diseño de servicios y apoyo técnico a estos centros. Fue una iniciativa tremendamente vanguardista, comprendiendo la importancia de la red mucho antes que el sector empresarial o político. Creemos que, tras nuestra experiencia conjunta, es necesario una mayor dotación de medios y recursos por parte de la Administración para que pueda seguir asistiendo rigurosamente en las nuevas necesidades universitarias de carácter digital surgirán en el futuro cercano.
RedIRIS fue una iniciativa pionera con el fin de disponer de una cierta soberanía tecnológica en las infraestructuras sobre las que después desplegar buena parte de los servicios digitales que necesitan las universidades. No deja de ser curioso que, ahora, en pleno 2021, una de las reclamaciones más acuciantes a nivel europeo es tener soberanía tecnológica y digital, y se aspire a competir en la revolución digital, siendo soberana tecnológicamente y explotando el valor añadido que existe en los espacios de datos europeos compartidos para la industria, la sanidad, la energía y muchos otros sectores.
Este enfoque coordinado, abierto y de colaboración, tan demandado ahora, que se supone fundamental para que Europa pueda hacer frente a los grandes desafíos que se derivan de la revolución digital, ha sido siempre uno de los rasgos de RedIRIS. Espero que siga manteniéndolo como signo de identidad porque será un actor necesario en el panorama investigador y universitario español, para enfrentar los problemas académicos en el mundo que viene.
Convenios firmados con RedIRIS en el marco del Plan UniDigital Infraestructuras Digitales