A finales de 2020 comenzamos el despliegue y puesta en operación de un nuevo equipamiento óptico en la red de fibra RedIRIS-NOVA que nos permitirá actualizar la tecnología óptica con nuevas funcionalidades, entre otras, configurar enlaces de conectividad a 100Gbps (gigabits por segundo). Esta renovación tecnológica se enmarca en el marco del proyecto RedIRIS-NOVA100, y se ha ido ejecutando conforme a un plan de migración minuciosamente trazado, diseñado en oleadas, para garantizar la continuidad de los servicios de conectividad en producción. Hemos iniciado este mes de junio con la 11ª Oleada y un 56% de los enlaces de fibra óptica migrados al nuevo equipamiento óptico. El proceso finalizará en agosto al culminar la migración de la zona de Galicia, pasando por León y Salamanca hasta completar el tramo de Extremadura a Doñana y también en las islas de Tenerife, Gran Canaria y La Palma.
El Campus Universitario de Melilla, vinculado a la Universidad de Granada (UGR), fue el primero en disponer de esta nueva conexión que multiplica por 10 la velocidad de su red óptica, que se llevó a cabo en la oleada 3, a principios de diciembre 2020.
La conectividad a muy alta velocidad es uno de los servicios más visibles e intensivos en recursos de todos los que presta RedIRIS, siendo fundamental el papel que desempeña RedIRIS-NOVA 100 como infraestructura troncal de red, compuesta por:
- 15.000 kilómetros de fibra óptica, sobre los que RedIRIS adquirió, principalmente en 2010, un derecho de uso irrevocable de muy larga duración (más de 20 años).
- Equipamiento de red, tanto óptico como IP, con el que RedIRIS ilumina y explota la fibra óptica contratada, provisionando sobre ella diversos canales de muy alta velocidad, que transportan el tráfico de Internet de las instituciones afiliadas que se conectan a la red troncal, bien de forma directa, o bien a través de redes académicas y científicas autonómicas.
RedIRIS está llevando a cabo un complejo procedimiento de sustitución del equipamiento de red, con un coste de más de 20 millones de euros, de los cuales cerca del 65% han sido aportados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Este equipamiento de última generación multiplica por 10 la capacidad de transmisión de la red, e introduce nuevas capacidades que hacen más flexible y eficiente la gestión.
El despliegue de la red óptica e IP de RedIRIS-NOVA 100 por todo el territorio nacional permitirá a la comunidad universitaria, científica e investigadora acceder en condiciones óptimas de conectividad y ciberseguridad a los nuevos avances del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), como los basados en Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, Big Data, 5G, Cadenas de Bloques (Blockchain), Computación en la Nube (Cloud), Realidad Aumentada o Aprendizaje Automático (Machine Learning), entre otros.
Además, la nueva red facilitará el despliegue de las nuevas capacidades de las redes inalámbricas en la mayoría de los campus universitarios de cara a adoptar el moderno protocolo WiFi6 como base de su conectividad sin cables a velocidades de gigabit por segundo con el objetivo de facilitar a sus usuarios mayor capacidad y número de conexiones simultáneas.
En palabras de Esther Robles, subdirectora de Redes de Comunicación en RedIRIS, “estamos marcando un hito en la historia de RedIRIS, llevando a cabo una renovación tecnológica de todo el equipamiento existente en la red. Todas las capas de conectividad – capa óptica, Ethernet e IP - están siendo renovadas con equipamiento de última generación y que, entre otros avances, harán posible el salto a conexiones de 100Gbps. Esta renovación total de la red se está llevando a cabo en pleno vuelo, es decir, la red actual está en producción y las migraciones se planifican minuciosamente para que impacten lo menos posible en los servicios en producción. Incluso, desde 2008 que se desplegó la red de fibra óptica, en algunos Puntos de Presencia nos han solicitado cambiar o trasladar la terminación de sus enlaces de fibra de enlaces de fibra, lo que añade otro nivel de complejidad a la migración del equipamiento. En un proyecto tan complejo como este es fundamental el conocimiento de la red, de las tecnologías, la planificación y coordinación de los trabajos, con las empresas adjudicatarias, con las instituciones que alojan los Puntos de Presencia, así como con los usuarios directos de los servicios de conectividad. Una de las claves del éxito de este proyecto tan singular, de tan amplia envergadura, es el equipo de profesionales dedicado a esta labor poco visible pero tan compleja y valiosa, que supone el enorme esfuerzo de desplegar a la vez el equipamiento óptico y el equipamiento IP”.
En el equipo que menciona Esther Robles se ubica Miguel Ángel Sotos, coordinador del Área de Red quién resalta que “las ventajas que tendrá para la red troncal de RedIRIS el despliegue que se está realizando de los nuevos equipos ópticos se centran en dos aspectos: primero, los troncales se incrementan a velocidades de 100Gbps, y su crecimiento será a partir de ahora de 100 en 100Gbps (actualmente se realizaba en múltiplos de 10Gbps). Segundo, la red troncal va a ser mas robusta y tolerante a fallos gracias a los tiempos de restauración de apenas segundos que ofrecen los equipos de ADVA en la red troncal de Red”.
Por su parte Alberto Escolano, Maribel Cosín, Ana Medina y Juan Carlos Rodríguez, técnicos especialistas en Gestión e Ingeniería de la Red en RedIRIS, destacan, en palabras del primero, que “cuando se desplegaron los equipos ópticos en 2011, había dos redes en paralelo (una basada en alquiler de capacidad y la nueva de fibra óptica), y eso simplificó el proceso. Ahora hay que hacer la migración de los equipos ópticos “en caliente”, sobre la red en producción y el reto es mantener la red operativa con todos los servicios mientras se realiza la migración al nuevo equipamiento óptico ADVA. Además, se han tenido que adaptar las herramientas de gestión de red y de inventariado a la nueva tecnología desplegada”.
Según explica Maribel Cosín, “al migrar a la vez que los equipos ópticos los routers y switches, conseguiremos aumentar la capacidad de la red troncal IP a velocidades de n x 100Gbps, y absorber los tráficos de nuevos proyectos y perfiles que se están conectando a la red, como es el caso de las redes autonómicas de centros públicos de enseñanza. Por otro lado, estos equipos tienen mayor densidad de puertos en el mismo o menor espacio que el ocupado actualmente, aumentando la capacidad de cada nodo de conectar a más usuarios y a mayores velocidades”.
Por su parte Ana Medina indica que “para que la migración de los equipos IP se lleve a cabo con éxito, es necesario que todos los detalles estén listos en colaboración con los agentes implicados: Instituciones afiliadas, aquellas que, además, nos proporcionan alojamiento de los equipos, proveedores y RedIRIS; donde el mayor reto consiste en realizar la renovación de los más de 80 equipos IP de manera simultánea y sincronizada con el despliegue del equipamiento óptico, minimizando el impacto sobre el servicio. Por tanto, desde el equipo de red se está llevando a cabo un meticuloso trabajo de doble de coordinación de estos, ya de por sí, complejos proyectos, cuya ejecución va indisolublemente unida”.
“Mientras se van realizando las migraciones y los nuevos servicios entran en operación, la operatividad del servicio de conectividad se mantiene de forma transparente para los usuarios. Sin importar si estamos en la oleada 3 o la 7, dicho servicio es crítico para las universidades y centros de investigación. La red no para y tenemos que seguir atendiendo sus solicitudes extremo a extremo, tanto sobre equipos antiguos, nuevos o un escenario de red heterogéneo. Es fundamental la coordinación y el conocimiento de la red, de las tecnologías y de los servicios configurados”, concluye Juan Carlos Rodríguez.
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