Es ambivalente el sentimiento ante esta conmemoración. Una década pasa a gran velocidad cuando se ve desde el final, sin embargo cuando comparas la RedIRIS de hace diez años con la actual la distancia percibida es enorme.
Hoy y aquí me compete ser memoria histórica, con las connotaciones personales que ello significa, pero no me queda sino aceptarlo. ¡Llevo muchos años en este mundillo! Por eso quisiera dejar unos recuerdos y alguna opinión, siempre a nivel muy personal.
Puestos a dar marcha atrás al reloj tenemos que atrasar hasta 1985. Por entonces se inició la gran movilización que supuso la puesta en marcha del Plan Nacional de I+D. Grupos diversos trabajaron en la elaboración de programas y proyectos de lo que se podía y debía hacer para modernizar el sistema español de ciencia y tecnología. Uno de los temas de estudio era el llamado Proyecto de Interconexión de Recursos Informáticos (IRIS). Allí entré yo a petición de Juan Rojo, entonces Secretario de Estado de Universidades e Investigación. Era un grupo entusiasta, procedente de ámbitos muy diversos, unidos por la confianza en innovar nuestras caducas estructuras. El núcleo del equipo era la gente de FUNDESCO liderada por Ricardo Valle, auténtico promotor de la idea, y sus colaboradores Paco Ros y Pepe Barberá.
Por entonces ya existían en España algunas redes embrionarias dedicadas al ámbito académico. Utilizaban tecnologías propietarias adscritas a fabricantes de ordenadores que apoyaban con ellas su política comercial. La Comisión Europea veía con preocupación la implantación de mercados cerrados en un área ya considerada estratégica. El apoyo a los "sistemas abiertos" (tecnologías OSI) tiene en ello una parte de su razón de ser.
En IRIS se optó por la corriente a favor de los sistemas OSI. En su momento fue una decisión política importante, enmarcada en el compromiso de integración europea. Curiosamente éste fue un caballo de batalla durante años en nuestra red, con intensas polémicas de los partidarios y detractores de las distintas soluciones, aunque siempre en un contexto de amistad y colaboración. Son historias de familia de cuando IRIS era pequeña en años y extensión.
Dentro de la misma línea de integración europea, la red IRIS tuvo que adelantar su nacimiento internacional con respecto a la puesta en marcha del Plan Nacional de I+D. La creación de la Asociación Europea de Redes Académicas (RARE, hoy TERENA) planteó la conveniencia de estar presentes desde su fundación para no quedar descolgados del mundo según la tradición científica de nuestro país. Pertenecer a RARE suponía estar en el núcleo europeo de las tecnologías telemáticas, el foro, extraordinariamente reducido, donde se construía su futuro. Por ello la Secretaría de Estado nos mandó a Paco Ros y a mí a Copenhague en la primavera de 1986 para sentarnos en un Consejo de Dirección como representantes de una red de papel. Nuestra osadía fue tan grande que se ofreció España para la reunión de 1987. Valencia acogió en el otoño el Workshop anual de la asociación y, durante una semana, IRIS nació con dos líneas X-25 y cuatro PCs prestados para dar servicio a la comunidad de las redes académicas europeas.
Otra decisión clave de los primeros tiempos fue la elección de FUNDESCO como primer gestor de la red. El lanzamiento de una experiencia tecnológica tan novedosa para la universidad española de aquel momento planteaba un grave problema en la elección del gestor. Técnicas poco difundidas y requisitos de gestión muy ágil generaban un retrato robot de difícil cobertura. Las universidades de los años 80 tenían todavía una gran rigidez de gestión, la Administración Central más aún. FUNDESCO daba un perfil idóneo, pero su resistencia fue numantina.
La filosofía de FUNDESCO en aquel tiempo centraba su tarea en la promoción del uso de nuevas tecnologías en la sociedad española pero sin implicarse en su gestión. En tal sentido participó en el grupo de trabajo que estudió la viabilidad del proyecto y en sus primeros pasos de definición. La Secretaría de Estado planteó la propuesta de asignación de la gestión y hubo de emplearse a fondo para lograr convencerles. Sólo la promesa de limitar la gestión al periodo de puesta en marcha y consolidación logró vencer la resistencia. Luego, la actuación fue tan eficiente que el compromiso de mínimos se alargó por cinco años. Creo que es momento para valorar públicamente la calidad de su trabajo y la importancia de su tarea en la continua innovación tecnológica y en su consolidación nacional e internacional. Incluso el término "RedIRIS" fue acuñado allí. Fueron años de migración entre tecnologías que aparecían y se superaban con rapidez, nuevos servicios, ... La dirección de Paco Ros inicialmente y de Pepe Barberá después, supuso un acertado equilibrio entre la evolución y la continuidad, con una apariencia de facilidad que sólo los buenos gestores son capaces de trasmitir.
El 1 de Enero de 1988 nace formalmente el Plan Nacional de I+D y con él el Programa Nacional IRIS. Los que han llegado a las redes en los últimos años difícilmente podrían reconocer aquel instrumento carente de interfaces gráficas y limitado casi exclusivamente al correo electrónico y el telnet. Pero era un nuevo instrumento poderoso que rompía barreras de información, comunicación y colaboración. Supuso la puerta para buscar nuevos estilos de trabajo aunque con herramientas muy poco "amigables" y, en tal sentido, fue difícil convencer a gran parte del mundo investigador para que lo utilizase. Esta circunstancia resulta irónica vista desde nuestro masificado mundo Internet.
Aparte de la ruptura cultural y de la aridez de uso, los primeros años de IRIS tuvieron una dificultad añadida. En la mayor parte de los países europeos las compañías telefónicas se implicaron en mayor o menor medida en las redes académicas. Aunque viéndolas como una rareza de porvenir incierto, se generaron apoyos y colaboraciones que facilitaron su expansión. No fue así en nuestro caso. Para Telefónica, IRIS no pasó de ser un cliente más, lo que privó de posibles facilidades al proceso de expansión de la red. Esta situación se rompió, afortunadamente, en 1994 gracias a la visión de nuevos responsables tanto en Telefónica como en el Plan Nacional. Las conversaciones dieron origen a un convenio, firmado en 1995, que ha permitido el uso de tecnologías avanzadas precomerciales, colaboración en personas y proyectos y, muy especialmente, compartir el costo del despliegue de una infraestructura de comunicaciones que nunca hubiera estado al alcance de los presupuestos del Plan Nacional.
El paso de la gestión de FUNDESCO al CSIC vino en el contexto de la aparición del WWW y la explosión de Internet. De una perspectiva de oferta se pasa en muy breve plazo al aluvión de la demanda. Lo que era una herramienta de iniciados se convierte en un servicio generalizado. La gestión del CSIC se está moviendo en un contexto de expansión acelerada, estandarización y traslado del centro de gravedad de la actuación desde la tecnología de comunicaciones a los servicios.
Una carencia siempre señalada es la falta de contenidos de nuestra red. Seguimos siendo importadores de información con un gran desequilibrio respecto a la exportación. Contrasta notablemente con la costumbre de otros países de volcar información en servidores y páginas personales, a veces hasta extremos de exhibicionismo, pero dando vida así a este recurso. El lanzamiento del Programa Nacional de Aplicaciones y Servicios Telemáticos, dentro del III Plan Nacional de I+D, es un medio de fomentar recursos y servicios, pero la iniciativa personal es el camino más importante e insustituible. La gestión del equipo de RedIRIS en el CSIC se va centrando cada vez más en esta línea. Los grupos de trabajo, listas de distribución y la iniciativa de "Comunidades Virtuales de Usuarios" buscan incentivar la colaboración de todos. Creo que es un planteamiento muy acertado.
El contexto social y tecnológico ha provocado una maduración acelerada. La demanda, alimentada por el reclamo de la "Sociedad de la Información", genera expectativas de difícil cobertura y la comercialización de la Internet modifica las reglas de juego. Creo que es momento de reflexión sobre la evolución futura de RedIRIS. No es mi papel aquí aportar opiniones. Todos debemos reflexionar, pero creo que los próximos diez años verán fuertes cambios, "transiciones de fase" en el lenguaje físico-químico. RedIRIS ha sido pionera de las comunicaciones informáticas en España. Como red académica no puede perder su carácter innovador, de apertura de nuevas vías y experimentación de prototipos.
¡Apasionante la próxima década de RedIRIS!
Ramón López de Arenosa
Jefe del Dpto. de Tecnologías
De la Producción de las Comunicaciones
ramon [at] cicyt [dot] es
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